Viernes, 4 de junio de 2021
Esta mañana se ha celebrado una reunión sobre la despoblación entre alcaldes y alcaldesas de 16 municipios de la Región y la Directora General de Políticas contra la Despoblación perteneciente al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO).
El encuentro se ha producido en la Federación de Municipios de la Región de Murcia, teniendo de protagonistas a los municipios que están sufriendo despoblación: Abanilla, Abarán, Bullas, Caravaca, Calasparra, Cehegín, Lorca y Moratalla. También, han participado los pueblos que cuentan con menos de cinco mil habitantes: Albudeite, Aledo, Campos del Río, Ojós, Pliego, Ricote, Ulea y Villanueva del Río Segura.
La Directora General ha puesto al día a los regidores municipales de este plan presentado por el MITECO, que contará con una inversión superior a 10.000 millones de euros -en torno al 10% del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia– en un total de 130 actuaciones orientadas a luchar contra la despoblación y garantizar la cohesión social y territorial.
Este plan pasa por mejorar la vertebración territorial de España, eliminar la brecha urbano-rural e impulsar actuaciones sobre el territorio para reactivar las zonas más afectadas por las urgencias del reto demográfico. De este modo, el plan prevé unas actuaciones iniciales que se pondrán en marcha a partir de 2021 y se extenderán hasta 2023, por lo que se articula como un documento abierto a la inclusión de nuevas propuestas de intervención.
Despoblación en el Noroeste
Más de un tercio de los municipios de la Región de Murcia forman parte de esa lista de pueblos que están sufriendo despoblación, o que el número de habitantes del padrón municipal no supera los 5000 vecinos y vecinas.
Según un estudio regional, el balance por comarcas deja claro que, ‘la España vaciada’ se sufre sobre todo en el interior de la Región. Entre los municipios de la Comarca del Noroeste, la pérdida más significativa corresponde a Moratalla con 115 vecinos menos.
En Cehegín 39 y Bullas 17 menos. Mientras que Caravaca y Calasparra, son la excepción, ganan 30 y 13 habitantes, respectivamente.
Para la Alcaldesa María Dolores Muñoz “nos encontramos en un escenario social en el que todo está cambiando, como la manera de hacer las cosas para mejorarlas en sí mismo a nivel medioambiental, económico, sanitario y social, con el fin de mejorar la vida de las personas, que a raíz de la pandemia, también están teniendo un cambio de mentalidad, ya que la ciudadanía busca una calidad de vida distinta en la que los servicios municipales pueden aportar mucho”.
Por ello, ha insistido Muñoz, “las entidades locales necesitamos una mayor colaboración y coordinación con las otras administraciones, y por supuesto una financiación local propia y una definición clara de las competencias, con el fin de dar respuesta a estas necesidades y modelos sociales que pueden ser la clave para frenar, entre otros problemas, la despoblación de las zonas de interior y rurales”.
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