El paraje del Salto del Usero de Bullas se llenaba un año más de centenares de personas para disfrutar de la recreación que cada Noche de San Juan revive la ‘Bajada de la Mora’, una tradición que narra la leyenda del drama de un amor imposible de una joven mora con un cristiano y el desenlace fatal de morir ahogada en la poza. Narran que en una noche tormentosa ‘la mora’ bajó desde el monte Castellar para ver a su amado y el príncipe no apareció. Imaginándose lo peor se sumergió en el agua y desapareció. Desde entonces, cuenta la tradición, que su alma baja en la Noche de San Juan buscando a su amado.
La mora, acompañada de su séquito y con un cántaro en brazos, se dirige con movimientos acompasados hasta la poza principal del Salto para introducirse en sus frías aguas bajo la mirada atenta de todos los asistentes. Una cuidada puesta en escena, la música, los sonidos que llenan la noche y la tradición embrujan a los asistentes a un espectáculo que año tras año sigue congregando a centenares de curiosos. Una vez en el agua, ‘la mora’ se dirige hasta el interior de la cavidad y posteriormente regresa a la orilla con su cántaro lleno de agua. La recreación dirige a la joven nuevamente hasta el punto de partida atravesando a la multitud de personas para perderse finalmente en la oscuridad.
En el camino de regreso se vive uno de los momentos más emocionantes de la noche, ya que a su paso los espectadores piden a la joven que les lance agua del cántaro. Cuentan las historias de la localidad que quien se moja con esa agua puede pedir un deseo coincidiendo con la Noche de San Juan, de ahí la tradición de pedir agua a ‘la mora
Antes, el Templete de la Murta acogió este sábado el tradicional taller de elaboración de vino de nueces de la Noche de San Juan, que organiza el Ayuntamiento, con la colaboración de las empresas bodegueras de vino San Isidro, Carrascalejo y del Rosario, además de Mensajero Alimentación. Las treinta plazas de esta edición del taller fueron copadas y la peña huertana La Uva se encargó de la dirección, siendo el maestro de ceremonias Pedro Sánchez, con la ayuda de María Sánchez Fernández y Sofía Pérez.
El vino de nueces es una tradición centenaria para muchas familias de las comarcas del Río Mula y el Noroeste. Pedro Sánchez explicó que para prepararlo «es importante hacer la mezcla de ingredientes en la noche de San Juan o el día previo. En su elaboración se requiere vino de la DO Bullas, azúcar y nueces verdes, las cuales se machacan, incluida la cáscara». El vino resultante se mete en la garrafa «y se deja macerar durante seis meses».
Comparte esta información